El desapego en el trading
Hoy, me gustaría escribir sobre un aspecto de la vida cotidiana que perfectamente lo podemos aplicar al trading.
Cuando abusamos de algo en nuestras vidas, sea lo que sea, aficiones, vicios, alimentos, amores; lo que puede pasarnos es que podamos a llegar a desarrollar una dependencia que nos lleve a obsesionarnos con ese aspecto en cuestión y desde ese momento vamos a dejar de ser objetivos con las cosas que nos pasan, porque todo lo que hagamos, bien o mal, lo maquillaremos para no reconocer que tenemos un problema que nos está limitando.
Desde ese momento pasamos a la defensiva con los demás, porque no nos gusta admitir que hay algo en nuestras vidas que se nos escapa de las manos.
En el trading no es diferente, si sabemos mantener el equilibrio, operando solamente las buenas oportunidades, aunque sea una vez al día, nuestra mente va a estar lo suficientemente lúcida y descansada para saber reconocer los momentos oportunos, que nos aportarán solidez en nuestro porcentaje de aciertos.
Pero por el contrario, si lo que hacemos es entrar en ese huracán de volatilidad que nos ofrece el mercado, operando sin sentido con la falsa ilusión de dinero fácil, lo más probable es que acabemos desquiciados y sin una idea clara de lo que queremos conseguir.
Entonces los resultados son desastrosos, pero nuestro ego no nos permite airear ese comportamiento ante los demás; lo cual hace que solo hablemos de nuestros resultados cuando son buenos; osea, una inmensa minoría de las ocasiones. Pero ahí no se acaba el problema, al esconder nuestros verdaderos resultados, estamos demasiado ocupados interpretando un papel, lo que hace que no tengamos opción de mejorar, porque estamos convenciendo a nuestro subconsciente de que todo es maravilloso, para que nadie descubra nuestras carencias.
Encontrar la forma de desapegarse de los mercados, cuando ya hemos conseguido nuestro objetivo, o cuando hemos fallado pero somos lo suficientemente honestos para reconocer que en ese día lo único que puede pasar es que empeoren nuestros resultados, hará que nunca perdamos la conexión entre lo que queremos conseguir y lo que debemos hacer para
a lograrlo.
Nuestra avaricia está conectada a un temporizador que se activa por si solo en el momento en el que atravesamos la línea de lo que es un plan o una ruleta rusa, y si dejamos nuestros resultados en manos del azar, el final de la película nunca podrá ser feliz.
